jueves, 20 de septiembre de 2007

Reloj de Plastilina

Hoy estoy como medio melancólico. Pero melancólico bien, no de extrañar tiempos pasados, sino de recordarlos con cariño.
Se que quien no me conoce no le va a importar este post. Y como en el epígrafe aclaro que escribo sobre lo que se me antoja, espero sepan disculpar la libertad que me tomo en el presente.
A raíz de un comentario dejado por mi entrañable amigo de épocas de la secundaria, Juampi, conocidos por todos nosotros como "el chino", se me vinieron un monton de anecdotas a la cabeza, relacionadas con éste personaje.
Realmente compinche, podía quedarme en la casa de él a "dormir", que era lo último que hacíamos, ya que nos la pasabamos rompiendo las pelotas toda la noche y caíamos a clase totalmente arruinados. Algunas veces se nos sumaba Sebas, tipo grosisimo como pocos, de esos que podes pasar años sin verlo, pero con un llamado basta para sentirte como si lo hubieras visto ayer.
Y es entonces cuando me doy cuenta que el tiempo se nos va a la mierda a las chapas.
No quiero llorar el ayer como "las viejas en matinée". Pero es inevitable pensar en cuales eran nuestras aspiraciones hace tan poquito y tanto tiempo (8 años) y en que situacion nos encontramos ahora.
Hubo una epoca en que por razones absolutamente idiotas me alejé de todo lo que quería, mis amigos, mis queridos amigos de la escuela.
Y fue absolutamente mi culpa, lo reconozco.
Y acepto las consecuencias.
Los seguí viendo por unos meses mas despues de graduarnos, y despues desaparecí del mapa.
Es mi culpa, si.
Hace 3 años, me di cuenta que nunca tendría que haber dejado de lado a mis amigos, lo cual estoy seguro que sucedió inconcientemente.
Por suerte, estoy seguro que Dios da muchas oportunidades.
Por eso es que me empecé a reencontrar con muchos de a poco, y como fue mi culpa haberlos extraviados, es mi voluntad recuperarlos. Para mostrarle a mi hijo que la amistad uno de los mejores regalos de la vida, y como la mayoria de las cosas valiosas que tenemos, no damos cuenta de su importancia al tiempo que no esta.
Un camino que se abandonó, no queda destruído, es cuestión de tiempo limpiarlo y ponerlo en condiciones para volver a transitarlo.
Chino, Sebas, Nico, Gonza, Germán, Juan, Hernán, Pochi, Ezequiel, Luifa, Esteban, Pablito, Tusca, Bocha, Mono, en fin, lo mejor que me pasó por esos tiempos y que como un pelotudo no supe conservar. Con todos me hubiera gustado estar todos estos 8 años que pasaron ya, saber que es de la vida de ustedes, y haber estado en momentos dolorosos, de ustedes y míos, y en los que se necesita un aguante, el de los amigos.

"Nadie pudo ver que el tiempo era una herida:
Lástima nacer y no salir con vida!
No quiero llorar, no quiero estar envuelto en penas
siempre arrastrando estas cadenas.
Si el tiempo no es amigo, ya no me importa más"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno el texto (más allá de que no te conozco). Seguí ese sentimiento que todo volverá a ordenarse. Tal vez si no te separabas no te casabas... etc, no quiero caer en conversar sobre tu vida, pero coincido en el punto en que afirmás que las cosas se van dando así y todo tiene un porqué.

saludos!