viernes, 7 de noviembre de 2008

Judicialísima

Bruno tenía una mañana ajetreada. Llegó temprano al Juzgado y ni revisó la agenda, por lo que, muy tranquilamente, se dispuso a despachar las causas como venían. A las 9 de la mañana le avisan en la mesa de entradas que estaba el doctor Perez (por así llamarlo, ustedes entienden) a lo que Bruno le pregunta al muchacho de la Mesa qué es lo que quería el abogado. Viene por el Juicio que empieza en media hora, le respondieron.-

Bruno entró en pánico, agarró la agenda y se dio cuenta que tenía un Juicio Correccional a las 9,30 horas y ni había preparado la causa. El Secretario pasa por su oficina y le pregunta si ya tiene todo listo, que el Juez ya llegó y que se queda solamente hasta que termine la audiencia. Obviamente, Bruno le dijo que tenía todo absolutamente preparado.

Van a la sala de Juicios, entra el doctor Pérez como abogado de uno de los imputados, el doctor González como abogado del otro imputado, el Fiscal, el Secretario y faltaba el Juez, que todavía no había terminado de desayunar, y molestarlo mientras ingiere su café con leche con 3 de grasa, era casi como pellizcar a un león durmiendo la siesta.

Mientras Bruno estaba desesperado preparando el acta, entra una chica ajena al Juzgado de la que no podría describir la ropa, ya que no merece decir que estaba vestida. Éntonces se dio una conversación entre los dos abogados que fue un tanto particular. Nunca se habían visto la cara más que en la Mesa de Entradas. Uno era de Lomas de Zamora y el otro venía de San Isidro.

Dr. González: ¡Che, pero qué bien que anda la Justicia!

Dr. Pérez: ¿A Usted le parece?

Dr. González: Pero por supuesto, mire lo que es este caramelito que acaba de entrar...

Dr. Pérez: ...

Dr. González: ¡Qué buena que está! Mire ese pelo, esa cinturita, ese culo...las tetas deben estar hechas, no puede ser que sean tan paraditas y grandes. ¿Pero a quién le importa si no son naturales? ¡Mire hombre! Es un monumento a la hembra.

Dr. Pérez: se.....

Dr. González: Me parece que Usted es un poco tímido. Suéltese un poco. Mire cómo vino vestida. Debe ser más puta que las gallinas. Seguro que con mostrarle la llave delauto, la tiene en la cama en menos de un segundo.

Dr. Pérez: Creo que se está excediendo, doctor.

Dr. González: Se lo digo por experiencia, estimado. No es la primera vez que veo una trolita como esta...

Dr. Pérez: Es mi mujer.

Dr. González: ..........................


Yo casi me desmayo en ese mismo momento. Estoy acostumbrado a escuchar esos comentarios libidinosos de algún que otro letrado, pero jamás pensé que podía llegar a presenciar una situación así. El doctor González toma su celular y marca un número:

Dr. González: Ricardo...sí, escuchame. Venite a la sala de audiencias que me tengo que ir. Después te explico, venite, dale.

Cuelga y dirigiéndose al Dr. Pérez, le da la mano mientras le dice:

Esto no lo puedo arreglar, ahi viene mi socio, hasta luego.