El Precio de Votar

Bueno, aunque a nadie le importe, mi ausencia en el blog durante el fin de semana se debió a que tuve que irme a votar muy lejos.

Tan lejos que tuve que salir a la ruta.

Resulta que en Enero del año 2000, por razones de trabajo de mi padre, me mudé a Mar del Plata por un corto período, pero que me vi forzado a realizar el cambio de domicilio para realizar distintos trámites (entre ellos poder seguir usando la Obra Social).

En el mismo año me volví a Buenos Aires, realizando nuevamente el correspondiente cambio de domicilio.

Gran sorpresa me llevé cuando en las elecciones de octubre de 2001 me doy cuenta que estaba empadronado en el Municipio de General Pueyrredón, por lo que tuve que viajar a votar (porque a mi me gusta votar).

Fueron pasando las elecciones de 2003 y 2005 y siempre tuve que ir a votar a la costa.
Sin dejar de lado que en 2003 no pude votar para Jefe de Gobierno Porteño, por no pertenecer a la Ciudad que me vio nacer y donde viví toda mi vida.

En 2005 me mudo al hermoso, seguro e incorruptible conurbano bonaerense porque me casé y el salario no me daba para alquilar en la Ciudad de mi vida.

Probablemente si hubiera ocupado una vivienda por la fuerza y quemado un par de gomas, hoy estaría viviendo de arriba en un departamento nuevo en Capital.

Pero como soy un hombre civilizado, agaché la cabeza y marche al Sudoeste.

Hice el cambio de domicilio y esa vez no esperaba que me reempadronaran para votar en Provincia, pensé que por única vez me tocaría votar en Capital.

Pero no. Una vez más me toco votar en la Costa.

En estas elecciones, una vez que publicaron el padrón y constaté que otra vez tenía que votar en un lugar donde no vivo, me dirigí muy amablemente al Juzgado Federal con Competencia Electoral.

Allí me dijeron que el tiempo para realizar los reclamos había finalizado en agosto, a lo que yo respondí: “Si se publican los padrones en octubre ¿Cómo hago para reclamar en agosto?”

La respuesta fue simple: Silencio.

En fin, me dirigí nuevamente a la costa, a votar para presidente, gobernador, diputado nacional, diputado provincial e intendente en un lugar que no me corresponde tener tamaño honor, ya que la realidad de los marplatenses la conocen ellos.

Si no iba a votar, no era pasible de realizar el reclamo, el cual tampoco saben cuando lo puedo hacer, ya que abren períodos como si fueran moratorias, porque nosotros somos malos ciudadanos y no cumplimos con nuestro deber ciudadano de no mudarnos enn nuestra vida.

Lo que sucedió allí no hace falta que lo explique, ya que a todos los que conozco les pasó lo mismo: Que no había boletas, que las pocas que estaban estaban rotas, que a los fiscales no les llegaron las boletas por culpa del correo, etc.

Estamos en el 2007 y seguimos votando como si estuviéramos en 1916.Aunque solo en el método, porque en lo que hace a las elecciones, creo que nunca más podemos decir nada del proceso electoral de la década del ´30.

Viajar a Mar del Plata para votar ida y vuelta (peajes y almuerzo incluido): $200.-
El disgusto de hacerlo al pedo: no tiene precio.-