La Quinta del Lunes

Es Lunes, no queda otra, la semana arranca. La única buena es que el miércoles es feriado. Lástima que no lo pudieron cambiar para el viernes o el lunes, Cristina va a tener que ir al Calafate y volver en menos de 24 horas, con todo lo que conlleva. La privacidad del baño del avión presidencial no es la misma.

El panorama para estos días parece no cambiar mucho. Ahora les toca a los Senadores. Si pensaron que a los Diputados se les complicaba con el tema del Campo, no saben lo que es el Senado, donde 52 legisladores tienen campos.

Pero a no desesperar, muchachas del sexo de alquiler, que hay cualquier cantidad de diputados y asesores sueltos que no se animaron a volver a sus provincias después de la hermosa recepción que les brindó el pueblo de Tucumán a sus representantes legislativos.

Parece mentira que tengamos que vivir estas situaciones. Esto se supera día a día. El 25 de mayo nos asombramos de la cantidad de globitos en la Plaza Popular. El 22 de junio nos sorprendimos de los 300 pesos que se pagaron para ir al acto. Para ir, no para quedarse, porque ni bien empezó a hablar la Compañera Cristina, los de Lomas de Zamora y Lanús ya se estaban yendo. Todo quedó tapado cuando empezó la pelea de las carpas. Que la mía es más linda, que la tuya es de oligarca, que si me pones una, te planto diez, que si me pones un toro, yo te pongo un torero. La risa del planeta apuntaba a nuestro lado del cono sur. Pero todo quedó en el olvido con la votación en la Cámara de Diputados.

El Diputado Rossi, con su cara de pocos amigos, se queja de que el periodismo no considera una victoria haber ganado por un par de votos. Convengamos que decirse mayoría absoluta y tener que recurrir a intimidaciones públicas y chequeras privadas para poder aprobar algo enviado por la mismísima cabeza del Poder Ejecutivo, no es para festejar abiertamente. Es lo mismo que festejar un empate con un equipo chico en tu casa por la libertadores: Clasificaste con lo justo, pero te agarra el campeón y te baila.

Y encima se la agarra con Felipito Solá, acusándolo de operar para la oposición, cuando lo único que hace es lo que mejor le sale, ir hacia donde sopla el viento y defender sus propios intereses. Parece que nadie se da cuenta que ese Ingeniero Agrónomo tiene campos inmensos en plena producción. Que Moyano no diga nada, no quiere decir que todos los dueños de campos tengan que hacer lo mismo.

Lo peligroso es el Factor Solá. Siempre que se puso en contra de algo es porque ya estaba todo mal. Pasó con Menem, pasó con Duhalde, ahora está pasando otra vez.

Obviamente, se nota más si tenemos en cuenta que a los viejos peronistas les infla mucho las pelotas que Néstor haya sido ungido como presidente de un Partido en el que siempre tuvo menos importancia que cuando iba a visitar a su mujer en Santa Fe cuando fue la Constituyente de 1994. Ahora quieren internas en el partido. Y que sean ya. Nosotros por lo pronto proponemos a Mr. Groncho como presidente del partido. Se reciben donaciones. Ganchos de Chorizos, bolsas de pan. Los choripanes los regalamos, no los vendemos. Son una obligación.

Pero no todas son pálidas. Aprendamos de Georgina Badarach, quien dijo que, en el supuesto caso de ganar una medalla, no iría a saludar a la Presidente. Es su esfuerzo, es su preparación a su costo, cuando el Estado mirando para otro lado ¿Encima tiene que ir a agradecerle?

Pero al igual que la Reina de Corazones de Alicia en el País de las Maravillas, mientras los atletas se tienen que bañar con agua fría porque el CENARD carece de termotanques en condiciones de funcionar, se gastaron cerca de 100 mil pesos en la limpieza del Centro, no vaya a ser cosa que la Reina note que las rosas no eran rojas, sino blancas pintadas de carmín y mande a decapitar al responsable.

En la Ruta 9 están entregando vales para compensar la falta de monedas. El peaje sale 1,80 y no tienen dos monedas de diez centavos para devolver. Entonces entregan papelitos con su equivalente. No tiene autorización del Estado, no son emitidos por la casa de la moneda. Tampoco lo eran los Lecop y los Patacones, y sin embargo nos hicieron creer que con eso comíamos igual.

Pero la moda de los vales hay que extenderla. Serviría para calmar muchos ánimos. De hecho, en cada oficina pública estarían planeando repartir volantes que digan “Vale por un Presidente”.