viernes, 12 de septiembre de 2008

Hace tan poco

A mis 17 años vivía el día a día, pero con tantos proyectos como latidos por minuto. Veía el mundo de otra manera a como lo viví un par de años después, pero mucho más cercano a como lo percibo hoy día. Tenía unos ideales que a la distancia me dan miedo. Era capaz de llegar a morir por una causa. Todo tenía su justa medida si se comparaba con lo que uno creía.

Llegaba a no dormir por días, con tal de aprovechar al mango cada segundo. Sentía que la vida se me iba si me quedaba conteniendo la respiración. Todo era ya, mañana ya era tarde. Vivía ansioso por lo que iba a ser al segundo siguiente, y no me detenía a pensar en las consecuencias.

La conciencia la utilizaba para otras cosas, como soñar un futuro mejor para mi país. Y como sabía que a los jóvenes nadie le daba bola, me ponía insoportablemente insoportable con todo lo que me molestaba. Pero no desde la protesta pelotuda, nunca una sentada en medio de la calle para que me arreglen el inodoro del baño del colegio. Eso era perder el tiempo. Lo importante era modificar la realidad de mi entorno, para así sentir que mejoraban las cosas.

Los veranos no daban para irse de vacaciones, así que me ganaba el almuerzo y la temporada de pileta trabajando de junior en la Colonia de Vacaciones del Deportivo Español, en los grupos de chiquillos de 3 a 5 años. Practicaba hockey sobre patines a nivel competición nacional. Entrenaba 3 horas por día a la salida del colegio y a la mañana salía a correr 1 horita. Estudiaba música los sábados a la mañana y al mediodía ya estaba en el comedor de la Iglesia de mi barrio escuchando las historias de los abuelos que se quedaron solos. Ver la sonrisa de alguno de esos hombres, ya era paga suficiente, saber que uno le alegraba el día, era la mayor satisfacción. Rompía las pelotas yendo de puerta en puerta vendiendo los números de las rifas del comedor, me iba a empresas como Arcor a pedir colaboraciones en alimentos no perecederos, que siempre llegaban. La voluntad era todo.

Me metía en cuanto lugar para debatir hubiera, forme parte de la Organización de Jóvenes para las Naciones Unidas, leía cuanto libro tuviera a mi alcance. A mis 17 años, el más ignorante de mis compañeros sabía quien era Bioy Casares. Cortázar era más que un amigo, Borges no me resultaba tan gorila y Mareschal era un prócer.

Así y todo, no me perdí de nada. Salía de joda la mayoría de los días. Las fiestas de egresados tenían más gusto si íbamos de colados y sin conocer a nadie. La vida estaba ahí, para mí, y la había descubierto cuando pensaba que era efímera. La volatilidad del tiempo era mi peor enemigo y mis días, una carrera para ganarle a como de lugar.

A mis 17 años, creía que el mundo era mío, solo que nadie se había dado cuenta todavía. A mis 17 años, yo era el abogado de las causas perdidas, el promotor de lo que todavía no existía y el publicista de la verdad.

A mis 17 años, ya era padre emocional de mis propios padres. A mis 17 años, soñaba con casarme y tener una familia. A mis 17 años, ya tenía bien en claro que a mi hijo jamás le iba a hacer pasar por lo que yo pasaba. A mis 17 años, ya fantaseaba con ser político. A mis 17 años, no tenía nada y lo quería todo. A mis 17 años, sabía disfrutar la adolescencia como ese momento al que nunca se va a volver, ese instante en el que se es el próximo adulto con la violenta energía del último de los niños. A mis 17 años, éramos muchísimos los que vivíamos así. A mis 17 años, sabíamos tener 17 años.


Fue hace tan solo 9. Maldita adolescencia del siglo XXI. Me hacen sentir tan viejo.

23 comentarios:

no tan iguales dijo...

"Lo importante era modificar la realidad de mi entorno, para así sentir que mejoraban las cosas". Es así de sencillo, porque las metas demasiado lejanas terminan frustrando. Con eso alcanza, si todos lo ponemos en práctica ¡Y vaya si lo hiciste!

Little Butterfly dijo...

Me hubiese gustado conocer un hombre a los 17 años con tamaña conciencia y compromiso.


Mis compañeros de curso se contentaban con mirarnos por debajo de nuestros uniformes.. con espejitos

Natita dijo...

Te entiendo tanto tanto tanto...

me siento exactamente igual...pero en el fondo, por mas cosa de afuera que haya, seguis siendo el que eras a los 17 años...y lo sabes.

te mando un beso enorme...

Anónimo dijo...

En este momento, no puedo menos que brindarle una felicitación, por esto que nos cuenta y por como lo ha contado.

Gracias por compartirlo!!

Saludos!!

Susana Peiró dijo...

¿Sabés qué?

Creo que a los diecisiete clavaste alto la estaca, y no has dejado de escalar desde entonces.

Transpirás la camiseta, putias,te exigís, y la lucha siempre es con Vos mismo y esa "cosa" que te lleva a mirar hacia arriba, a no bajar los brazos ni negociar tus ideales.

Vas a llegar Bruno, casi te diría que Vos mismo no te das otra opción.

Mis respetos al Amigo y al Hombre.

capitanfla dijo...

No se preocupe hombre, muchos/as a sus actuales 17 años ya son decrépitos ancianos.

Saludos.

Stella dijo...

Perdón por cortar el mambo de tus 17 años. Pero yo entendí mal o Cumbio es lesbiana?
O sea, todo bien, por mi que sea lo que quiera, pero me llama poderosamente la atención.
Esta chica es transgresora también, pero en un nivel absolutamente distinto que el tuyo a esa edad. Y ni hablar si lo comparo con el mío!

Besosss

OliverX dijo...

Bruno:
Tenés que aceptar las diferencias generacionales entre nuestros pares y a su vez en las anteriores y posteriores.
Noto una tristeza que arrastrás hace rato al respecto.
Cumbio es una chica inteligentísima que está aprovechando un negocio suscitado en deredor a su imagen transgresora. Representará para sus pares un modelo a seguir (me refiero a las lesbianas adolescentes)
La he escuchado y me sorprendió su capacidad de emprender todo lo que se le cruce. Sin dudas, aportará lo suyo para el bien de muchos.
En cuanto a vos, hermano, tu destino es otro. Está signado por bien común, la res publica.

Son cosas para charlar más en la intimidad de una cena o almuerzo.
Te dejo un fuerte abrazo.

El Señor F. dijo...

Vos, a los 17 años, eras todo un hombre.


Y a los 26, sos un CHANTA! me hiciste la misma pregunta en el sincericidio que a Stella!

Nicolás Lucca dijo...

No tan Iguales: Gracias. A pesar de ello, tengo alguna que otra meta lejana que suena más a sueño que otra cosa.


Little Butterfly: Y por ahí yo no hacía esas cosas porque iba a un curso de señoritos.


Natita: Muchas gracias, es bueno ver que coincidimos. Aunque creo que tengo un par de marquitas más en el cuerpo. Besos!

Nicolás Lucca dijo...

Candorosa: Muchas Gracias! Besos!


Susana, Como decía un poeta rosarino: La lucha es de igual a igual contra uno mismo, y eso es ganarla.

Y si, yo no me doy otra opciòn. Casi es como que me conocieras. Besos!


Capitanfla: Es cierto, ya llegan a la mayoría de edad con un cansancio de la vida digno de un viejo.

Nicolás Lucca dijo...

Stellita: Primero, no es ningún mambo, es más los recontradisfruté. Segundo, ser Lesbiana en estos tiempos que corren tienen menos transgresiòn que ver a una mujer con pantalones.

Si todos se peinan raro, dejan de transgredir.

Si quiere ser transgresora, que se corte el pelo normalmente, que lea un libro, o que sea virgen. Eso es transgresión.

No digo que ser lesbiana este mal, pero no me vengan a decir que eso es transgresión hoy día.



Oliverx: Yo las acepto, como no las voy a aceptar, si hasta yo las tuve con mis antecesores.

Que Cumbio es inteligente, nadie lo pone en tela de juicio. Y vos mismo estas planteando el problema: Ella representa para sus pares un MODELO a seguir.

Yo no quiero ahondar en una polémica justo con vos, pero si el modelo a seguir es una pendeja andrógina cuyo único mérito es sacarse fotos sin perseguir UN SOLO FIN SOCIAL, esta sociedad esta totalmentte perdida.

Estos chicos votan el año que viene, empiezan a tener vida cívica el año que viene. Y creo que es una cuestion de Crear Conciencia en que necesitan ser un poquito menos egoístas, y un poquito más extrovertidos. Son la generación de mañana.


Señor F: Si, puede ser. Es que no puedo creerlo!!!

OliverX dijo...

Bruno:
Totalmente de acuerdo. El asunto acá es saber que no son ellos los que impulsan esa realidad. Tienen un trasfondo cultural impuesto desde los medios.
Políticamente es inadecuado hablar de su perfil andrógino o asexuado. La libertad sexual le garantiza encumbrarse detrás de lo que siente representativo a su gusto.
Ahora bien, nunca apoyaríamos ni daríamos prensa a este tipo de reinvindicaciones egoístas. Simplemente no las cuestiono.
Y como te dije al principio, la res publica es aún mayor que este asunto de los floggers. Ellos son un resultado del vaciamiento cultural propiciado desde los medios y los formadores de opinión y consumo masivo.
Lo interesante para rescatar de este culto narcisista es que transciende la vida privada del ámbito del espejo. Socialmente se están juntado, ESE es el mérito SOCIAL, saliendo por fuera de esa visión individualista.
Te aseguro que ese contacto, aunque superficial a primeras luces, despertará en muchos de ellos la verdadera necesidad de formar su propia personalidad despojada de todo estereotipo. Por supremacia o por aversión, por afinidad o por reflejo.
Te mando un abrazo, el debate siempre suma, nunca resta.

Anónimo dijo...

Bruno: No sabés como te entiendo cuando no podés creer que alguien no persiga un fin social. A mí me pasa que lo que más me gusta de mi laburo es que se que estoy cumpliendo un enorme rol social. Aunque nadie se de cuenta, aunque nadie lo valore, aunque todo el mundo diga "yo no se cómo hacés para enseñarle a esos chicos, debe ser muy frustrante...".
Si todos pudiéramos pensar un ratito al día en hacer algo por el bien común, este mundo sería un lugar habitable!
Besos...

Natita dijo...

"pero si el modelo a seguir es una pendeja andrógina cuyo único mérito es sacarse fotos sin perseguir UN SOLO FIN SOCIAL, esta sociedad esta totalmentte perdida."

Coincido plenamente.
Y con respecto a lo de las marquitas en el cuerpo...no sabes cuántas tengo yo...

San Gordelius dijo...

Bruno, nacimos el mismo año y capaz que te pinte... Lo escribí en abril:

Talkin' 'Bout My Generation*

¿Es posible, para aquellos que nacimos en los años de la dictadura, hablar de 'nuestra generación'? El debate surgió a partir del análisis del conflicto rural, y de la manera en que aquellos que nacieron antes que nosotros plantearon la negociación: extorsionando, apretando, a los gritos, a las trompadas.

La generación de nuestros padres no nació ni vivió bajo gobiernos democráticamente electos. De hecho hasta las elecciones de entonces eran ilegítimas (considerando que un partido estaba proscripto). En aquel entonces, o eras peronista o eras 'contrera'. Nuestros padres son de la generación del país partido en dos.

Pero, más allá del rasgo ademocrático de aquella generación, la estructura económica y social de aquel entonces permitía que el hijo del obrero y el hijo del terrateniente se sentaran lado a lado en los bancos de la escuela. En 1974 el 10% más pobre de nuestro país ganaba 12 veces menos que el 10% más rico. Hoy, los ricos ganan 30 veces más que los pobres (truco estadístico, en el 10% más rico están Macri, la Sociedad Rural y Ernestina de Noble igual que una familia de profesionales de clase media alta).

Por eso creo yo que en el caso de nuestros padres es más facil hablar de una generación. Simplemente porque fueron jóvenes en una sociedad más homogénea.

***

Si a las generaciones las marca un hecho histórico, a nuestros abuelos los marcó Perón, a nuestros padres la dictadura (aunque no se hayan dado cuenta) y a nosotros la crisis del 2001. "Somos hijos del Proceso", dijo uno en la mesa. Y una palabra de esa frase nos permitió continuar hacia la conclusión: no somos HIJOS. A los padres de los que estábamos ahí sentados no los habían detenido, ni mucho menos torturado o desaparecido en aquellos años. Ni éramos bebés robados y apropiados viviendo bajo una identidad ficticia (aunque una parte de ella era lo que estábamos buscando con nuestro debate). Tampoco éramos de los miles que llenaron aviones de Iberia con pasaje a Madrid, y sólo algunos tramitamos la ciudadanía europea, pero sin intenciones ciertas de emigrar.

Y sin embargo nuestra generación es también la generación de los hijos de los desaparecidos (que permanecen en esa disnomia hasta tanto no recuperen su nombre), la generación de los exiliados de un sistema brutalmente excluyente, la del desempleo, la droga, el alcohol, la muerte en las rutas. Somos hijos de la desigualdad. Por eso me cuesta tanto decir 'mi generación' sin creer que estoy generalizando condiciones que merecen un trato particular. Prefiero hablar de 'aquellos con los que comparto la misma circunstancia cronológica de nacimiento'.

Y si a una generación la define lo que genera, pues entonces la generación de nuestros padres no supo generar un país como el que decían querer: un país más justo. En cambio si pudieron, con sus métodos y sus estructuras, generar una sociedad en guerra con los más jóvenes. Porque las Fuerzas Armadas murieron como partido político en 1983, y sin embargo desde entonces todo sigue igual.

* El título hace referencia al tema 'My Generation' del grupo británico 'The Who' (1965).

pily dijo...

me pasa lo mismo, y en mi caso pasaron unos miseros 4 años....

la realidad es que te tenes que sentir orgulloso por lo que hiciste. repito, no sirve de nada tirar la tipica frase "la juventud esta perdida"...

lo importante es que sigas con proyectos, que sigas con ganas y que ahora, que ya tenes las herramientas suficientes no solo lo pienses, sino que puedas realizarlos.

Estrella dijo...

Me quedo pensando en el final, en todo lo que uno va dejando en el camino con el paso de los años. Como si los desengaños destruyeran nuestros sueños de un plumazo. Por eso admiro profundamente a la gente grande que tantas cosas hace por este país, siempre maltrecho. El otro día estuve con un hombre de más de 70 años, con un espíritu de un chico de 17; una de esas personas a las que nada las tumba, y siguen y siguen, con sus sueños siempre a flor de piel.

Amélie Poulain dijo...

Bruno, cómo le va tanto tiempo? :) No leí los comentarios, así que no sé si dijeron algo similar a lo que voy a comentar. Me asombró que ud también hiciera un post aludiendo a Cumbio, mejor dicho Agustina, la 'flogguer más famosa del país', según los medios. No sabía de su existencia y de un día para otro, no deja de aparecer en televisión, diarios, revistas y demás. Sepa que soy adolescente (diecinueve años cumplidos en Julio) y me parece que esto se nos está yendo de las manos. Si esta chica rebelde (transgresora), narcicista, superficial, lesbiana (no me opongo, cada quien hace de su cuerpo lo que se le antoja en su intimidad, pero no aprovechando tamaña exposición pública) es el modelo de seguir de mi generación, estamos en plena decadencia. Y me da lástima también que con la capacidad que tiene de movilizar y motivar a tanta cantidad de adolescentes, con su poder de convocatoria, no haga algo útil. Al menos que incite a la lectura, al debate fundamentado, al saber. Pero no, demasiado utópico. Yo tengo fotolog también, pero el de esa tribu urbana no es fotolog, sino egolog. Saludos!

Gabriela dijo...

buenas....
me parece que pensar que Cumbio va a seguir estando vigente en el 2009es algo que pica demasiado alto.


vos a los 17 años tenias algo que esta chiquita no tiene.. y es NECESIDAD y CONCIENCIA SOCIAL.

Si por un par de zapatillas te dan un puntazo en el Roca .... la culpa no la tiene ni la va a tener Cumbio ni la sarta de salames con flequillo recortado que hacen de la elecciòn sexual la mayor de las transfresiones a las que son capaces de acceder....

A mi me preocupa tanto como a vos esto de la abulia mental de esta generaciòn..... pero supongo que los que nos gobernaràn seràn otros... lo que creo que me da más miedo todavìa!!


Saludos!

La Mascarada dijo...

Estimado, off topic lo mío, feliz comienzo primaveral para usted, la flia y sus lectores!

Besos!

Bugman dijo...

Yo a los 17 tenía que cazar mamuts para la cena.

Anónimo dijo...

a mi tambien bruno