Turismo en Casa

Si yo le pregunto a Usted donde queda el obelisco, seguramente sabrá decirme en Avenida 9 de Julio y Corrientes, la cual a esta altura nadie sabe si llamarla tambien avenida o calle.

Si yo le pido a Usted que me indique donde queda el Cabildo, la Casa Rosada y la Catedral, seguramente me dira en la Plaza de Néstor, perdón, en la Plaza de Mayo.

Ahora bien, si yo le pido que me diga donde queda la casa de Julio Cortázar, ¿Sabe?

Si necesito que me cuente por qué el obelisco está ahí y que representa ¿Lo sabe?

En caso de que yo quisiera saber llegar al edificio donde tenía su oficina María Eva Duarte de Perón ¿Me podría indicar cómo?

A lo que quiero apuntar hoy es que todos los que vivimos en Buenos Aires somo turistas afuerar, y no adentro.

Me refiero a que, probablemente, sepamos mucho de otras ciudades que hayamos visitado, a nivel casero o en el exterior, pero que seguramente no sabemos casi nada de nuestra ciudad.

Todo esto viene a raíz de la fascinación que experimentan las personas que vienen a esta metrópolis que representa la mentira de Federación en la que vivimos, con casi el 50% de la población del país repartida entre esta Ciudad y su conurbano del lado de la Provincia de Buenos Aires.

Y es que es obvio, es una ciudad que realmente atrapa. Que maravilla a quien venga a pasear por estos lados. Pero que tiene en su habitantes el mejor ejemplo de "en casa de herrero, cuchillo de palo".

Más allá de como tratemos a quien venga por estos lares, somos muy ignorantes respecto de nuestra casa. Y lo mismo nos sucede a nivel nacional, con la tilingueada absoluta de decir que se cononce el mundo y no se sabe donde queda Purmamarca.

Tenemos la imagen grabada de Buenos Aires como quien es extranjero, con Gardel al lado del Obelisco y todo eso y nunca nos pusimos a pensar que Gardel no conoció el obelisco porque murio en 1935 y el mismo comenzó a construirse un año después.

Dicho sea de paso, cada vez que pasamos por ese objeto al que denominamos obelisco (como si bautizaran al Empire State como "edificio" a secas) nunca nos ponemos a pensar en el despelote que se armó por aquellos años con motivo de su emplazamiento, para el cual se tuvo que demoler la Iglesia San Nicolás de Bari (Luego la reconstruyeron en Avenida Santa Fe, sino me tendrían que haber bautizado en otro lado).

Hubo gente que dijo que era ridículo, de mal gusto, feo, antiestético y sin utilidad.

Coincido plenamente, al igual que la torre Eiffel.

¿A alguien le parece justo que a la Ciudad de Buenos Aires se la relacione en el mundo con el Obelisco? ¿No sería más lógico que si se va a poner la cara de Carlitos en cada postal, en vez de poner el obelisco se ponga una foto de la fachada del Abasto? Al menos convivió con el mismo.

Cuando yo era un adolescente más, me recorría la ciudad en colectivo y en subte. Hacía turismo en donde yo vivía. La Ciudad era mi casa y yo estaba revisando los baules redescubriendo cosas que no había visto.

La pasé muy bien haciéndolo. Y no era tan fácil recorrer la ciudad. Ir a ver la Lola Mora (cuando no era blanca gracias a una propaganda de un limpiador cremoso) era como hacer una expedición al Tibet.

Hace no mas de 15 años, en Puerto Madero solo había ratas, no se podía ir de noche más que a la Fragata Libbertad y el proyecto inmobiliario que arrancaba era considerado ridículo y destinado al fracaso, con departamentos que arrancaban en 20 mil pesos los 2 ambientes.

La Ciudad fue cambiando, pero seguimos sin saber donde estamos parados. Los túneles que unen entre sí al Cabildo, la Casa Rosada, el Ministerio de Trabajo, el Banco Nación, la Catedral y la Manzana de las Luces seguramente estan llenos de anécdotas y fueron testigos de muchísimos momentos críticos para el país, como cuando el Presidente Perón se escapó hacia el edificio donde hoy funciona el Ministerio de TRabajo (en ese entonces de Guerra) durante el bombardeo de junio del ´55.

Lo peor del caso es que la ignorancia de hoy está estropeando el interés por la historia del mañana. Yo no pido que la Ciudad no crezca, ni que se impida su modernización, pero tampoco puede volver a suceder aberraciones como la demolición de la casa donde se juntaban Belgrano, Castelli y compañía solo para que pase la Avenida 9 de Julio.

Mientras admiramos los cafés parisinos, la Confitería del Molino se viene abajo.

Ir de la mano de mi abuelo a tomar chocolate español con una proción de torta servida por esos caballeros de moño, era para mi toda una aventura.

Pero bueno, que se puede esperar de un lugar donde se llama "3 de febrero" a un predio donde previamente vivió Juan Manuel de Rosas.

Una ciudad que olvida sus raíces no tiene destino. Y una ciudad que olvidó sus raíces, su pueblo la acompaña.

A Buenos Aires, de furia no le queda nada. Las grandes protestas, aquí ya no existen más.

La Plaza de Mayo ni siquiera fue vendida, fue usurpada por gente que de valores no tiene nada. Hoy cualquiera hace pie en ese lugar histórico y nadie va por propia voluntad ni por su causa.

Ya se avisó que el lunes habrá un montón de personas movilizadas por las intendencias del conurbano en la asunción de Cris. Ya ni lo ocultan, dicen abiertamente que los movilizan y hasta por las dudas dan azueto administrativo, mofándose y provocando a una Ciudad que los rechazó no una sino 3 veces en un año, llenándole esa Plaza, La Plaza, de gente que no tiene idea los valores que se defendieron, se aplaudieron allí y se protestaron allí. Pero asumir en Laferrere o González Catan no es muy chic que digamos.

La falta de interés del Porteño por la historia de su ciudad me preocupa.

Estoy seguro que sucede a nivel nacional. Uno a su casa la conoce. Y al conocerla sabe defenderla.

Si uno conoce bien su barrio sabe que las necesidades de una manzana no son las mismas de la otra manzana. Que las de una zona no son las mismas de otra. Que una ciudad no tiene los mismo problemas que otra.

Una vez que nos conozcamos un poco más, vamos a saber defendernos mejor.