Botón de Muestra

Tengo un compañero que tiene 19 años recién cumplidos. El pibe salió del secundario (aún no sé como hizo para terminarlo, incluso con el nivel de los secundarios de hoy en día) y entró a trabajar con uno de los sueldo más altos para el tipo de trabajo que realiza y en una de las dependencias más privilegiadas de mi laburo.

Demás está decir que se cree más importante que el oxígeno para los seres vivos.

Lo primero que me sorprendió de él es que tiene un pensamiento político, lo cual no es para nada desestimable hoy día en un sujeto de su edad.

Incluso hasta me parecía divertido y sano en un principio, aunque su pensamiento no fuera del todo de mi agrado, porque me resultaba constructivo debatir con alguien sobre sus ideas y su visión de las cosas.

Pero lo que en un comienzo me resulto grato, con el tiempo se fue tergiversando en algo cuanto menos fastidioso.

El niño es fanático a muerte de Cristina. Lo intolerante que me resultó ver como este chico defiende los ideales y principios de algo que precisamente carece de ambas cosas es más bien triste.

No ve, o mejor dicho, no quiere ver la realidad de lo que uno le muestra.

Yo no soy para nada el dueño de la verdad ni muchísimo menos, pero para dar mi opinión de las cosas trato de fundarme en documentación que respalden mis dichos. Trato de no especular con lo que estoy diciendo. Intento siempre de no tirar cosas al aire sin haberlo sabido antes de buena fuente o de haberlo vivido.

Repito siempre hasta el hartazgo que yo no viví ni la primera ni la segunda etapa del peronismo. No viví ni la dictadura ni recuerdo los primeros años de esta última mal llamada democracia (al que se enoje por la denominación lo invito a leer Platón primero, gracias).

Pero tengo elemento suficientes para opinar antes que un par de viejos pelotudos, que nunca tuvieron los huevos suficientes para plantárseles de mano a nadie que les haya metido el dedo en donde no pega el sol, me vengan a decir que yo no puedo hablar porque no viví la época.

El muchacho éste en cuestión, idolatra a Néstor, adora a Cristina, justifica cada locura y/o acto demagógico que hacen y no puede enumerar ni una sola acción buena que se le pueda agradecer a éste gobierno y de la que todos estemos de acuerdo (o al menos la mayoría).

Es más, una vez le tuve que decir yo algunas cosas buenas que, a mi humilde criterio, hizo este gobierno pero que quedaron absolutamente opacadísimas con todas las cagadas épicas que se mandan día tras día.

Pero bueno, que se le puede decir, tenía 14 años cuando asumió Kirchner, los padres lo metieron a laburar en una Unidad Básica y ahí lo tienen al pendejo que no sabe decir ni los primeros dos renglones del Preámbulo, discutiendo sobre la legitimidad constitucional de las últimas elecciones nacionales.

Lo más fuerte del asunto es que un día le pregunté a que se dedican en la unidad básica, y me dijo que a nada, que no hacen absolutamente nada, ni mantienen comedores, ni brindan asistencia social, ni asesoramiento alguno, nada.

Entonces le interrogué si sabía cual es el sentido primordial por el cual se crearon las Unidades Básicas y tampoco lo sabía.

Estuve toda la tarde explicándole como funcionaban antes los partidos políticos, que la gente participaba de debates en las Unidades Básicas (que vienen de Base), que se presentan proyectos de ley, que la gente accedía a la política a través de la Unidad Básica.

La respuesta del pibe: Eh, vo que queré, que todo funcione como cuando etaba Menen. (sic)

No boludo, quiero que funcionen, me da lo mismo con quien, quiero que funcionen.

Otro día le expliqué como funcionaba el sistema de partidos políticos en la Argentina, que la Constitución exige que sea así. Le trataba de hacer entender lo importante que era que hayan distintos proyectos dentro de cada partido, que se creen plataformas, que se elijan en internas abiertas quién querés que te represente en una elección nacional y/o provincial.

Respuesta del pibe: Eh, vo que queré, que todo funcione como cuando Menen le ganó a Cafiero.

No, oligofrénico, quiero que funcionen sin importar las circunstancias. Y mal que nos duela a todos fue mucho más legal la forma en la que llegó Menem que como se dieron las últimas elecciones. (Si usted no quiere entenderlo y me quiere tildar de menemista, seguro tiene el mismo criterio que mi compañero de trabajo)

Usted se preguntará porque estoy contando esto por este medio, bueno, primero porque no sabía que corno poner, y segundo, porque me pareció interesante compartir el análisis que yo efectué sobre el militante kirchnerista, dado que no conozco a la gente que comenta (por no decir ataca de manera que todos nos reímos) en este blog y otros que yo frecuento a diario, firmando como “Cristina Presidenta” “K a muerte” y otros nombre re pelotudos.

Este joven en más de una vez me trato de gorila, casi tantas como las veces que le hubiera metido una buena trompada sino fuera porque podría perder el trabajo (además de estar poniéndome a su altura de intolerancia).

El pibe este realmente cree que Kirchner es el espíritu de Juan Domingo Perón hecho carne y que Cristina es una versión aún mejorada de María Eva Duarte.

Es más, al día siguiente de las elecciones cuando me lo cruzo me hace la señal de los dos dedos en "V" y me canta la marchita peronista, como si yo hubiera entrado alguna vez al trabajo tarareando "Adelante Radicales" o algo por el estilo.

Lo más enervante es que él solito viene a iniciar la discusión casi a diario, y después, cuando se le intenta hacer ver lo que todos podrían ver, la remata diciendo “Si Perón viviera haría lo mismo”.

Digo yo, ¿Eso no era lo mismo que decía Menem y todos los que lo defendían?

En fin, a mi me sirve de botón de muestra para demostrar como se comportan este tipo de gente.

Ganaron con el 45% del 70% de los que asistieron a las elecciones, y de ese 45% seguramente la inmensa mayoría piensa así. No generan debate, provocan y agreden gratuitamente.

Sé que muchas veces dije que los jóvenes tienen que participar de política, pero hay otras en las que preferiría que fuera una generalidad, o participan todos, o no participa ninguno.

Digo esto porque de este modo, lo único que existe es un montón de pibes que tendrán muchísimas propuestas interesantes para dar pero por desconocimiento, falta de ganas, y desmotivación, no participan, dejando que los pocos que participan, ya de entrada lo hagan con menos criterio que el que tendría yo manejando un máquina de coser.

Si estos son los chicos que hoy participan en política, tengan en cuenta que dentro de 20 años podrían llegar a Gobernarnos de seguro, ya que no hay quienes les hagan frente desde el vamos.