De Curiosos y Afines

Sé muy bien que existe gente con gustos diversos, entiéndase por ello política, realidad social, historia y todas sus variantes, arte y todas sus variantes, la tecnología, y millones de etcéteras.

Algo que siempre me sorprendió es la gente que sabe todo de alguna materia en particular, por ejemplo mi abuelo materno que tenía por hobby la historia bélica del mundo.

Y ahí andaba don José con sus bibliotecas llenas de libros de Historia, la colección entera de Lucio V. López, la Enciclopedia de Historia Universal de la Editorial Barcelona (la cual tuve el honor de heredar) e innumerables obras dedicadas a las Guerras más famosas del mundo, o sea todas. Porque en mayor o menor medida, en el momento en que se llevaba a cabo el conflicto bélico, ese era el asunto importante en todos lados.

También era un fanático del Tango y tenía colecciones en todos los formatos, Magazines, Discos de Vinilo, de Pasta, Compactos, Videos y sus derivados, etc.

He conocido gente mayor que coleccionaba cualquier cosa que se pudieran imaginar, desde maquetas hasta botellas de cerveza.

Creo que gracias a esta crianza y a mi curiosidad desmedida fue que desde chiquito me interesaba todo. A los 5 años leía de corrido y a los 6 aprendí mis primeros acordes de guitarra.

Recién a los 14 pude empezar a tomar clases de música particulares, gracias al aporte de mi abuela, que era mi mecenas en el deporte y en la música.

Entre los 7 y los 17 competí en Hockey sobre patines, que antes que piensen cualquier cosa, no tiene nada que ver con el Hockey sobre Rollers de los apátridas adinerados que copian todo de Estados Unidos. Los que sean Sanjuaninos o Mendocinos lo van a entender rápido, ya que allí tienen hasta estadios para este deporte y han nutrido el 90% de todas las selecciones nacionales de este deporte con sus jugadores.

Sin poder solventarme los estudios, adapte mis conocimiento de guitarra al piano, casi como un autodidacta.

Leí cuanto libro se me cruzó por las manos, de Cortázar a Julio Verne, de Marechal a Elige tu Propia Aventura, de Compendios de Historia a la Enciclopedia de Datos Inútiles.

Confeccioné maquetas de automóviles, coleccioné latas de gaseosas, aprendí el reglamento de todos los deportes, estudié la Historia de la Iglesia Católica como si fuera un aprendiz de teólogo.

Escuché cuanto disco compacto, vinilo, cassette pasó por mis manos, desde King Crimson a Génesis, de Pink Floyd a Zeppelin, de Rolling Stones a Beatles, de Beach Boys a Deep Purple, Sui Generis, Serú Girán, La Máquina de Hacer Pájaros, Charly, Spinetta Jade, Invisible, Pescado Rabioso, Riff, Pappo´s Blues, Crucis, Alma y Vida, Arco Iris, Clapton, Cream, la lista es interminable!!!

Cuando quise salir a trabajar no me importó de qué, arranqué en un kiosco de diarios y fui empleado judicial del fuero penal de la provincia y luego de la justicia federal.

En todos lados donde estuve intenté aprender todo lo que pudiera, sin llegar a ser el mejor, no me importó nunca, sólo quería saber, saber y saber.

En el secundario me anote en el Modelo de Naciones Unidas de la OAJNU, solo para poder decirles en la cara a los organizadores que mejor gastaran la plata en otra cosa en vez de hacer modelos, ya que la voz de los jóvenes los líderes no la escuchaban nunca.

Mis profesores me eligieron el mismo año para representar al Colegio en las Olimpíadas de Historia y no me lo permitió el rectorado porque me estaba llevando a diciembre hasta el pizarrón.

Siempre fui un desastre para las matemáticas ¿Y saben por qué? Porque me aburría saber que todo se tenía que hacer de determinada forma para llegar a un resultado que ya estaba predestinado a que sucediera, porque en las matemáticas todo es previsible.

He rendido exámenes de historia en el colegio sin saber siquiera que era lo que se tomaba, pero igual sacaba la mejor nota.

Todo me interesa, todo me sorprende, todo lo quiero saber, porque soy curioso por naturaleza, porque no puedo dormirme sin saber como funciona algo, para qué sirve tal cosa, o qué pasaría si hago tal otra.

Cuando era adolescente nadie quería jugar al Carrera de Mente conmigo porque era insoportable.

En fín, de tanto intentar saber todo, es el día de hoy que aún no terminé la facultad y nunca fui bueno en nada de lo que estudié.

Lo que no puedo entender y no me entra en la cabeza es cómo hay gente que no le interesa saber nada de nada.

Profesionales que se reciben en su carrera y creen que Evita fue Presidente.

Gente que estudia música y no saben la diferencia entre David Gilmour y Néstor en Bloque (que no es el bloque oficialista de la Cámara de Diputados, sino un cumbianchero) para ellos las notas son números y un pentagrama se analiza como una ecuación matemática, no sienten la pasión con la que deben tocar cada nota.

Personas que se desempeñan en funciones muy loables y tienen cero cultura popular.

Gente que no le interesa nada la política no debería votar, porque si te interesara un poquito la política, elegirías algo mejor al momento de entrar al cuarto oscuro.

No pido que todos sean eruditos en todo, de hecho, yo no soy erudito en nada de lo que quisiera ser y nunca lo voy a ser.

Pero lo que sí me gustaría es que los jóvenes como yo, sobre todo, tengan más curiosidad ¡Porque esa es una de las cosas que caracteriza a un joven!

Si perdemos la curiosidad, ya nada nos importará y nos va a dar lo mismo cualquier cosa, porque no nos interesará saber la alternativa.

Maldito sea el que dijo que la curiosidad mató al gato.

No ser curioso mató de aburrimiento a mucha más gente que la curiosidad felinos.