Motivos

Cuando hace dos años abrí mi cuenta google, dispuse de todos sus servicios de por entonces, incluyendo blogger, a pesar que no sabía bien para qué lo iba a usar.

Recién a fines de agosto de este año se me ocurrió comenzar a escribir a modo de terapia. Obviamente que quería que otros lo leyeran, sino lo hubiera hecho anónimo o hubiera retomado mis cuadernos de antaño. Quería que otros dijeran sus opiniones y ver cuanta gente coincidía conmigo.

Los motivos que me llevaron a comenzar a escribir fueron puntuales, aunque yo no me daba cuenta, simplemente comencé a escribir.

En 2006 mi mujer y yo perdimos un embarazo medianamente avanzado. Fue congénito, pero si mi mujer se hubiera hecho atender en una veterinaria, por ahí la trataban mejor que en la Clínica donde se hizo los primeros controles.

Superado el dilema físico y traumático de pasar por quirófano, empezamos el 2007 nuevamente embarazados, realmente queríamos y deseábamos ser padres. Mientras arrancaba el año, me ofrecieron otras funciones de mayor responsabilidad a las que venía realizando una suba considerable en el salario.

Sin embargo a fines de junio, me entero por fuentes “off the record” que nos iban a reventar el sueldo antes de fin de año y mi jefe no podría hacer nada para remediarlo. En mi caso el reviente iba a ser en el orden del 20% de lo que venía percibiendo. Estando a la espera de la paternidad, largué el mismo día a buscar un segundo laburo para armar un colchoncito para cuando esto sucediera.

Gracias a Dios conseguí un segundo laburo a la semana. Así que salía de mi casa a las 6,30 de la mañana, laburaba hasta las 14,00 horas en Lomas de Zamora y de allí me iba a Capital, para entrar al laburo que ya tenía de antes y pegarle derechito hasta las 21,30, llegando a mi casa a las 22,30 para darle un beso a mi mujer, bañarme, comer, acostarme y dormir. Ah! Siempre y cuando no hubiera alguna necesidad de ir al médico. Porque no había aclarado que mi mujer tenía licencia médica con reposo absoluto desde los dos meses y medio previos a la fecha de parto.

Llevé ese ritmo durante 3 meses, trabajando incluso los fines de semana. La licencia anual de mi trabajo primario, me las guardé para cuando naciera mi hijo, para poder colaborar en los quehaceres domésticos.

En conclusión, mi hijo nació ni bien empecé con el segundo laburo, razón por la cual, la licencia me sirvió solamente para estar un rato más a la tarde, porque del otro no me dieron más que los tres días que corresponden por paternidad.

Finalmente, en mi trabajo primario, me pusieron en un brete al decirme que tenía más responsabilidades, y más cargo y que con eso iba a compensar el recorte salarial, por lo cual me vi en la obligación de renunciar al otro.

Aún estoy esperando.

En medio de todo este despiole, los nervios me carcomían la cabeza, miedo a lo ya sucedido y que se repitiera y miedo a lo que estaba por venir. No sabía si iba a ser un buen padre, no sabía si mi hijo iba a crecer sano, no sabía si iba a poder mantener a mi familia, no sabía que corno estaba haciendo de mi vida. Ahí fue cuando empecé a escribir acá, descargándome de todo lo que sentía, haciendo catarsis. Más que nada por miedo y por bronca a determinadas figuras, creo que se sintió en algunas entradas.

A pesar de todo lo sucedido, que terminé con cuello ortopédico en un accidente de tránsito, del viaje que tuve que hacer a la costa para poder votar, de los aumentos y de las elecciones, considero que este es el mejor año de mi vida, motivos tengo, no?





Nota: Casualmente que estábamos hablando de los salarios. Ahora dicen que el ingreso promedio de la Argentina ronda los 2.000. Teniendo la cantidad de gente que cobra menos de 1000 pesos, este gobierno la distribución de riqueza la utiliza para decorar algún discurso, por que en los hechos, se la pasan bien por el traste.